Este restaurante en la Ciudad de México es considerado como el centro de los sabores

Se trata de Migrante, ubicado en la calle de Chiapas 186, en la colonia Roma. Te invitamos a checar su menú para que desde ya te enamores de su propuesta abierta, inclusiva y democrática, además de fresca y creativa, que te llevará a realizar un viaje por el mundo a través de sus variados sabores. ¡Y del montaje de los platos y la presentación, ni hablar! ¡Descúbrelo tú mismo!

La gastronomía mexicana, considerada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, es el conjunto de platillos y técnicas culinarias que forman parte de las tradiciones de nuestro país, enriquecida por las aportaciones de sus distintas regiones y por las propuestas de las cocinas de diferentes latitudes en el mundo.

La cocina de México tiene una gran influencia de diferentes gastronomías, como la europea, asiática e incluso africana, que ha enriquecido los procesos, técnicas y formas de trabajar que rodean al arte culinario nacional, el cual seduce a los comensales más exigentes.

Uno de los restaurantes que enaltece la gastronomía mexicana es Migrante. El empeño que Fernando Martínez, chef originario de Uruapan, Michoacán, ha puesto en este proyecto ha posicionado este spot como uno de los mejores del país.

La constancia, el mejor secreto de todas las recetas de Migrante

La gastronomía de Migrante se nutre de las cocinas y estilos que existen en el mundo, así como de la constancia que Martínez Zavala ha puesto en cada uno de los procesos que envuelven a este restaurante.

“En Migrante debemos vigilar cada detalle de lo que cocinamos, pues además de revisar la calidad de cada uno de los ingredientes, nos aseguramos que el comensal deguste un producto lleno de calidad que fue elaborado bajo procesos justos y cuidadosos”, destaca el chef mexicano.

La propuesta de Migrante transmite la diversidad gastronómica del mundo, ofreciendo posibilidades infinitas y llenas de sabor. Su misión es compartir platillos que traspasan fronteras para invitar a todos los comensales a realizar un viaje por el mundo a través de los sabores. Es una cocina abierta, inclusiva y democrática, con matices de frescura y un toque creativo.

La cocina se encuentra en constante evolución, para siempre ofrecer un menú que siempre sorprenderá a sus visitantes, con platillos que son un viaje gastronómico donde la vista, el olfato y el gusto son parte de la experiencia.

Migrante, distinguido por la Guía México Gastronómico 2022, está ubicado en la calle de Chiapas 186, en la colonia Roma, en la Ciudad de México. En un espacio amplio que destaca por su gran estética arquitectónica y un gusto impecable cuando se trata de consentir a sus comensales. Migrante: un mundo de sabor, en tus manos.

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Estos son los 5 beneficios detrás de los productos sustentables

Sabemos que te identificas con productos orgánicos, saludables, artesanales, de la mejor calidad y lo más importante: que sean sustentables.

Hablamos de productos que durante su proceso de elaboración, se preocupan por el medio ambiente y se comprometen con el bienestar de los animales y el desarrollo de las comunidades que hicieron parte su cadena de valor.  

Cuando has oído hablar acerca de sustentabilidad, enseguida se te vienen a la mente frases como “reducir desperdicios” (zero waste) o “dar una segunda oportunidad” (rehusar) a objetos que antes terminaban en el bote de la basura.

Pero este término va mucho más allá. Aquí te mostraremos cómo adaptar la sustentabilidad a tu estilo de vida.

En busca de una vida sustentable

Es importante que sepas que para vivir un estilo de vida sustentable, hay que hacer cambios significativos en tu día a día. Un buen comienzo es incluir cada vez más, productos que vayan de acuerdo con estos valores y filosofía de vida; y  que se preocupen por el cuidado y mejoramiento constante de nuestro planeta y de nuestra gente.

5 beneficios de los productos sustentables

Impulsan métodos de producción tradicionales

Cultivos sanos

Aseguran que sus cultivos sean libres de pesticidas y que respeten los ciclos de crecimiento naturales de la planta. Los pastos frescos de los cuales se alimentan las cabras de libre pastoreo por ejemplo, no solo garantizan su bienestar, sino también una leche de mejor calidad y sabor.

 Son hechos por humanos para humanos

Los productos artesanales elaborados con nuestras manos son únicos e irrepetibles. En el caso de alimentos como el queso de cabra, se requiere de mayor tiempo para fabricarlos –ya que no se centran con tecnología de avanzada; conocimiento y experiencia, muchas veces heredadas de antepasados, y uso de materias primas propias de la zona.  

Se preocupan reducir la huella de carbono que dejan en su proceso de producción

En la granja Libertad, ubicada a 30 kilómetros de la Ciudad de México, miden cada proceso de producción de sus quesos artesanales con el fin de optimizar todos los recursos, en especial el agua, energía, CO2 y desperdicios.

«En la granja Libertad producen cinco variedades de quesos de cabra artesanales. Reciclan el 99% de sus residuos sólidos invirtiéndolo en compostaje que usan para abonar pastos

 Apoyan el eco-diseño

Creen en el rediseño constante de sus empaques (packaging), con el fin de disminuir el impacto medio ambiental.  

«El empaque icónico de cada queso Beeeh es elaborado a partir de botellas de plástico que son transformados por comunidades locales en tejidos que envuelven los productos. El resultado es una reducción de un 20% en emisiones de CO2.«

Se preocupan por sus colaboradores internos y externos  

Trabajan de la mano con proveedores y colaboradores

De esta manera aseguran sus salarios justos y condiciones laborales óptimas, presentes en toda la cadena de valor; desde el cultivador de follajes y campesinos locales, pasando por el equipo que cuida y ordeña las cabras, expertos artesanos de los quesos y transportistas, hasta los equipos de ventas, mercadeo y comercial.   

Apoyan comunidades locales

30 artesanos pertenecientes a la comunidad nahua son los encargados de tejer los empaques de cada queso. Además de aumentar sus ingresos, quesos Beeeh asegura el acceso a agua potable para toda la comunidad, a través de la construcción de un acueducto local.  

¿Qué esperas para tomar la decisión de incluir en tu día a día productos e ingredientes sustentables y así vivir en armonía con el medio ambiente y el bienestar de los animales y las comunidades?

Dauphin’s Brunch: Inside the Southern kitchen soul

Deep south food is something special. If you have never been to southern United States and inevitable fall in love of it´s food, you will never understand how powerful, deeply, wonderful, rich in flavor and diverse this cuisine is.

This piece of land inherited the spiciness and flavors of the Spaniards, the sausage heritage of the Germans, the deep-frying technique from Africans and the French exquisiteness and finesse. It´s impossible to unleash this strong mixture of culture, flavor and character that identifies this cuisine, unless you taste this lovely deep south Coastal Cuisine.

It´s a blessed kitchen for four reasons: because the high quality of it´s local sourced ingredients, straight fresh from the deep sea to the glistening dish; because the complexity of their flavors: You will never get tired of this mixture of saveurs and ocean treasures; because the dishes have a strong lovely “personality” and finally, because each ingredient, technique and preparation tastes like a piece of history.

This food is special for me. It reminds me of my second home, specially the spiciness of Conecuh sausage and the texture of good old southern Grits. And so it is. Since 1999 half of my heart beats in Mobile, Alabama with Leida and Stan, my host parents. By sheer luck and chance I ended up in the home of my second parents in Mobile.

Brunch at the 34th floor

Recently, I went back to Sweet Home Alabama with my husband and we had an amazing ‘culinary moment’ that we will never forget: Have an extraordinary brunch at the 34th floor of the Trustmark Building, downtown Mobile in the new landmark of the Coastal Cuisine: Dauphin´s.

The amazing skyline that welcomes us let us breathless: you will understand the feeling when you see it with your own eyes. Immediately I recognized the green roof and structure of the legendary Convention Center where I had my prom night; and had a view of the ship pilot boats that drag the large container ships from the open ocean through the bay to the 8th largest port of the US, Mobile.

The culinary moment begun when Steve Zucker, Executive Chef, his cooking and service brigades, set up an special table for us in the heart of the kitchen. Yes, we were at a table right inside the Chef Zucker’s kitchen! For the first time in my life, I had the pleasure to enjoy my meal surrounded by spices, herbs and sauces packed in vintage vessels, vibrating with it’s own southern kitchen soul.

Before we ate, I had the opportunity to talk with Chef Steve. He studied Culinary Studies in one of the countries food capitals: NOLA- New Orleans. From the very beginning, I realized that he carried the passion for cooking and some spicy salsa in his blood.

Steve affirms that this region of the south has the best seafood and grows the best vegetables and pecans. Also, considers that the appreciation for food around the Gulf Coast is really deep, it´s a big deal eating well. “Our flavors are a Little bit more complex, we use a lot of ingredients and slow cooking methods”. It´s a proof that Comfort Food really exists, especially when we talk about Creole and Cajun food.

The menu of Dauphin’ s is known as Coastal Cuisine, has a lot of Louisiana’s influence. Did you know that Mobile was the capital of Louisiana when this state was purchased from the Americans to the French? That’s why it´s local humble dishes have their own âme. Mobile also is the Original home of Mardi Gras and of Forest Gump!

The Holly Trinity and the Pope

In Dauphin´s menu you will find what is called “The Holly Trinity and the Pope”. Steve explained that The Holly Trinity is celery, bell pepper and onion. “The Pope is garlic, because the garlic color looks like the Pope’s hat, an influence of Catholicism in the area. That is our Mirepoix and we use it as the base of almost everything specially in the gumbo and sauces”.

Believe me: In Mobile you can find the best shrimp, the best oysters and soft shell crab ever!

Talking about the last one, they prepare this wonderful recipe: A corn bread dressing on the base, with a mix of Conecuh sausage and crab meat stuffed in the inside of a breading crab, with some collard greens on the top. Finished with oyster cream and paprika sauce. That’s one of the best examples of this Coastal Cuisine.

Let´s take a look of a little of this Babette´s Feast that we enjoyed for almost half a day:

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This food experience went far beyond my culinary knowledge and expectations, not only because of chef`s Steve amazing understanding of local southern food, but also because of the kind and professional service.

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Dewight, Our personal waiter, was an example of how remarkable a southern gentleman who loves his trade can be, when the action of serving others, becomes a passion and not just a job.

Dauphin’s: Many stars in the sky can measure this experience…

 

Oh, Sole mio

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Lo que más impacta cuando se llega a Sole es la iluminación tenue, delicada y elegante, al igual que el techo. Así es: el techo, una elegante composición geométrica en cemento que le da un maravilloso toque retro, muy sesentero y chic.

Al ser un Raw & Oyster Bar, escogemos para refrescarnos un Sauvignon Blanc, de Touraine Francia. Este, resulta menos cítrico de lo que imaginábamos pero más mineral: ¡perfecto para un festín de mejillones y almejas! Aunque no llega a la temperatura ideal, el joven lo enfría inmediatamente sumergiéndolo en la cubeta con hielo.

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Hablando de vinos, al lado derecho de la mesa, se encuentra una cava muy bien diseñada, pero su luz, blanca y directa, desentona totalmente con la  iluminación acogedora del lugar, tan difícil de lograr. Además, perjudica la guarda de los vinos tintos.

Como queremos llevarnos el espíritu de Sole en nuestras papilas, pedimos platos para compartir: ensalada Cesar al Vesubio (120), codornices KFC (170), mejillones al vino blanco y perejil (250), ostiones mixtos: 12 unidades entre naturales, tempura y gratinadas con trozos de tocineta (300) y fondant de chocolate con helado de tocino. 

Van llegando las preparaciones, y las cartas, tamaño tabloide, comienzan a incomodarnos, sobretodo, porque nuestra mesa era para cuatro , y si le sumas el menaje propio, copas, celulares, libreta de apuntes y demás, se va reduciendo el espacio, incluso, para comer. También sería conveniente ubicar ganchos bajo las mesas o tener percheros para colgar bolsas, maletines etc.

El concepto de la ensalada es ¡ganador! Hornear una romana hasta que se rosticen sus puntas hace que la popular Cesar —nacida en Tijuana en 1926— sea vista de otra manera. Quizás, le falta ‘horno’ al cogollo y más rusticidad al plato, como servirlo con el queso en hojuelas en vez de rallado, y con croutones artesanales e irregulares de tamaño. Al aderezo pueden darle más ‘carácter’, agregándole un poco más de anchoas.

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El plato de la noche son las codornices broasted. Aplaudimos la idea de su cocinero, Roberto Alcocer, y la interpretamos como un intento por democratizar el consumo de esta avecilla, que guarda en sus extremidades escasas de carne, un sabor celestial. El concepto, es inspirado en el pollo a la canasta del sur de los Estados Unidos, bañado con miel Maple y acompañado de Cole Slaw y puré de papa cremoso. Ambos acompañamientos contrastan con el crunchy del empanizado y de la col de la ensalada, perfectamente ejecutados.

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Los mejillones están abiertos, frescos y jugosos, como deben ser. Están tan sabrosos, que nos tomamos el caldo con ayuda de las conchas, que hicieron las veces de cuchara. Las papitas a la francesa que los acompañan están frías, un poco pálidas y les falta lo más importante: ¡crocancia! El joven nos las cambió, inmediatamente.

Algo te sucede en Sole y es que ‘chupas lo dedos’ todo el tiempo. Nuestros ostiones mixtos, bañados en nuestras bocas con el Sauvignon Blanc, superan todas nuestras expectativas, en medio de una conversación amena, rodeada de exquisitas obras de arte, literatura, buena música y una luz, mágica.

 Rompemos la capa crocante del Fondant e inmediatamente sale de su interior, un hilo de chocolate líquido, señal de que está bien  horneado . Al ser amargo, combina bien con el helado de tocino que lo acompaña, a base de crema. Tenemos muchas expectativas, pero le falta uniformidad de sabor. A algunos les salen trozos crocantes y entienden la intensión del cocinero, pero en mi caso, era un helado cremoso muy bueno, pero sin sabor a tocino. Es cuestión de corregir la técnica.

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Volveremos a Sole, no solo por su ambiente, que hace que te ‘amañes’ y quieras volver, sino porque tuvimos ‘conexión’ con Alfredo a través de sus platos, la mayoría, a base de pescados y mariscos cocinados, entre antojitos de Nueva Inglaterra y el sur de Estados Unidos.

Dirección: General Prim 95 Col. Juarez. Horarios: Martes a sábado de 13:00 p.m. 2:00 hrs. Domingos de 13:00 p.m. a 18:00 hrs. Teléfono: 55354244. Instagram y Twitter: @solemexico_ Facebook: /Sole Raw and oyster bar

Mi segundo bautizo

Publicada en revista Paladades del periódico El Colombiano de Medellín. Marzo de 2016.   

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Jamás pensé que, pasados los 30, iba a ser ‘bautizada’ de nuevo. En esta ocasión, el padre Anaya no oficiaría la misa ni habría una inmersión de mi cabeza desplumada en la pila de agua bendita. Ahora tenía frente a mí, tres tazas de café vacías que se fueron llenando al inicio del ‘acto litúrgico’.

En la mesa, también reposaban un librillo teórico práctico, un lápiz, cuatro copitas aguardienteras con un líquido transparente en su interior y un vaso de agua. Me encontraba ante mi primer bautizo cafetero.

Gustavo, el connaisseur de café San Alberto, inició mi rito de admisión a la cultura de café de calidad con un ejercicio: identificar los sabores que se encontraban en las copitas. El primer sorbo fue salino; el segundo me recordó a la glucosa del examen de glicemia; el tercero me apretó los costados de la lengua y el último, me amargó. Primera enseñanza: solo encontraremos tres sabores en una buena taza: dulce, amargo y ácido. Este último es el más apreciado, siempre y cuando sea balanceado.

Aprendí que al igual que en el vino, existen grupos aromáticos que nos ayudan a valorar nuestra bebida. Se trata de los terrosos, frutales, vegetales, maderosos, especiados, florales, tostados, animales y químicos. Estos últimos son inadmisibles en una buena taza de café Premium ¡Bienvenidos los aromas tostados, a miel de maple, a tierra y a cítricos!

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El tiempo pasaba y yo notaba que me iba purificando de todo ese café de greca servido en vasito de icopor que he tenido que absorber por protocolo. De hecho, aprovecho para citar la más precisa y divertida expresión que usó el escritor colombiano Daniel Ferreira para referirse a esta estirpe de tinto trajinado: “sabe a escarabajo”

 

Gustavo continuó hablando de las tres olas por las cuales ha pasado el consumidor en nuestro país. Comenzó con la de la funcionalidad: lo tomábamos por salud, porque teníamos frío o cuando comenzábamos a bostezar. Luego pasó por la del disfrute de las bebidas mezcladas.

Ahora, nos encontramos en la del aprecio de una bebida balanceada, fragante, de acidez pronunciada y sabor placentero.

 

Probé la primera taza y me supo a escarabajo. Enseguida disfruté de las siguientes y me encontré ante una revelación: un café con aromas dulces, afrutados, acaramelados y de chocolate oscuro; con una acidez frutal y elegante. ¡Mi paladar fue bautizado!

Para finalizar, dejo el recordatorio de mi bautizo: utilicen ocho gramos de café por 100 mililitros de agua. Muelan sus granos en casa. Inviertan en un café de lujo, de calidad: no dejemos siempre lo mejor para otros. Y por último, al ser un café honesto, no necesita de que lo disfracemos agregándole azúcar o leche. Puro es y puro se consume.

Lalo!

Tuve que bajarme en el afamado Maximo Bistrot para preguntarle al Valet dónde quedaba Zacatecas 173. No es que sea difícil llegar sino que con esa ceguera con la que ando últimamente ¡lo pasé por alto!

Pasé la calle y en la entrada de Lalo! estaba Pedro esperándome, me recibió y me dejó hacerme donde yo quisiera. Le dije que ya venían otras las dos personas con las que iba a almorzar. Me advirtió que no se hacen reservas, pero que estaba ‘de buenas’ porque había puesto.

Hace calor. Quizás en plena primavera les haga falta unos buenos ventiladores de techo que no desentonen con el ‘look and feel’ pero que repartan mejor el aire alrededor de la gran mesa central en la que nos sentamos más de 30 comensales.

Pedro me entregó las cartas. Yo le pongo conversación y le pregunto quién es Lalo! Él me contesta que es el hombre del chef, muy famoso a propósito. Caigo en cuenta que se trata de Eduardo García, el mismo que trabajó en Pujol y líder de Maximo Bistrot, número 41 de la Lista de los mejores 50 restaurantes de Latinoamérica. «Sí que es famoso», dije. Paralelamente, me invadió un sentimiento de melancolía porque me acordé de mi amigo Lalo Jiménez, que murió en un trágico accidente de tránsito cuando teníamos 16 años.

Antes de ojear el menú me entretuve con el tejido colorido de plástico de las canastas en las que descansan tenedores, cuchillos y servilletas eco, y con un grupo de Hipsters.

“Me recomendaron pedir un ‘Shrup’”, le dije al joven. Él, en su proactividad, me dice “Claro señorita, pero está mejor el agua carbonatada de Jamaica con jengibre” Le digo que no, que quiero mi Shrup porque tiene vinagre de vino tinto. Esta bebida acidulada norteamericana, en este caso a base de arándanos, agua carbonatada y un toque de vinagre de vino tinto me tiene fascinada, curiosamente, el vinagre refresca.

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Vuelvo mis ojos a la carta pero me entretengo de nuevo, esta vez con el mural de Bué The Warrior, el artista grafitero belga que intervino una de las paredes del comedor. Hay un pulpo que dice “Guapa”, un cono vaquero, la palabra fresa escrita…Hay color, formas ondulantes y alegría, un estilo manga muy marcado, de seres con mirada vidriosa. Me divierte y me hace sonreír.

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Lalo! by Buè The Warrior

 

Llegan mis acompañantes y decidimos compartir varios platos porque es la única forma de entender un concepto nuevo. Respeto a quienes visitan más de tres veces un lugar y piden el mismo plato para constatar la consistencia de éste, pero mi filosofía últimamente se inclina hacia ir siempre acompañada a comer y siempre compartir muchos platos para poder llevarme varios recuerdos. ¿Acaso no es lo que buscamos? ¿Vivir una experiencia?

Pedimos Toast de salmón ahumado en casa ($170) La base es una tostada de maíz azul crocante, le sigue el salmón, hojas de cilantro (me encanta como las usa, así salvajes, rústicas, a lo Jamie Oliver) tajadas de aguacate, rodajas de jalapeño y pepino en brunoise.  Un must.

 

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La vinagreta es de jitomate con tomates rostizados. 

Le sigue una entrada del día: Quijada de Hamachi ($100) crocante, jugosa, con un recuerdo graso, para comérsela con las manos, acompañada de una ensaladilla de cilantro, cebolla morada, limón amarillo exprimido, bien aderezada. Fresca. Otro must.

 

Como ya no hay Camarones al horno de leña, Pedro nos ofrece un generoso Pulpo al horno de leña ($250) con ensalada de rúgula, cebolla morada y una jugosa mitad de limón amarillo. ¡Ganador ese pulpo guapo! El secreto de un buen pulpo está en su firmeza que mantiene jugos, sellados previamente. Cuando trabajé en restaurantes, muchos comensales en Bogotá se quejaban de que el pulpo estaba ‘cauchudo’ y mandaban a carbonizarlo a la parrilla o al horno. Qué sacrilegio, probé esos pulpos y de cauchudos no tenían nada.

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Este tipo de montajes aporta volumen al plato y lo hace lucir más fresco y delicado. 

Ya vamos acabando… Falta una sencilla pizza con papa, orégano y un toque de aceite de trufa ($180) Comienzo a comerla y no siento la trufa, continúo y percibo ya al final de la rebanada su perfume más no su sabor. Masa delgada pero no tan crocante como una galleta de soda y escasa de sal.

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Llegan los postres. Una Tarta de ruibarbo ($80) y un Sticky Toffee Puding ($100) El primero lleva también fresas, manzana y crujiente de almendra. Me distraigo de nuevo con Bué mientas lamo mi cucharada, volteo la mirada al plato ¡y ya no queda nada!

Los primeros en irse fueron la crema batida que llevaba en su cima y el helado de vainilla artesanal (Hasta se ven los punticos negros de la vaina desvenada) El segundo, un bizcocho de dátil con salsa de caramelo es esponjoso, suave, húmedo, bautizado también con crema y helado. Ambos esperan a que vuelta por ellos.

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Adelante, la torta de ruibardo escoltada por el Sticky Toffee. 

¿Por qué lo recomiendo? Porque Lalo! mantiene viva la raíz de la humildad, base de la cocina y la cual olvidamos todos entre esnobismos, modas y arrogancia. Porque Pedro fue un embajador del buen servicio, con su sonrisa y de nuevo, humildad; y porque Bué aporta la estética de arte pop grafitero a este encantador lugar en Condesa.

Dirección: Zacatecas 173, C. U. Benito Juárez, 06700 Ciudad de México, D.F.
Teléfono: 55 5564 3388
Facebook/LALO
@eatlalo en Instagram y Twitter

La imperfección es natural

Publicado en El Espectador el 3 de marzo de 2016. Para ver publicación on line haz clic aquí.

Entre gustos no hay disgustos a la hora de hacer ‘mercado de plaza’. Afortunadamente las alternativas se multiplican y la búsqueda de lo orgánico y natural se toma nuestras neveras, nuestros platos y lo más importante: nuestra conciencia.

Las grandes superficies exhiben con orgullo tomates rozagantes de dudoso tamaño y los almacenes especializados inundan sus estantes con yacón o babaco. Me atrevo a decir que se pudren ante la baja demanda porque nadie los conoce. Seamos honestos.

El caso de las tiendas de barrio y de los express da ganas de llorar. Lechugas achiladas, habichuelas sin alma y limones moribundos. Otros clientes practican el ‘juramento hipocrático’ de nosotros los periodistas, van directamente a la fuente, y se pegan el viaje a las centrales de abastos; otros van con su canasto a la plaza del 7 de agosto o al mercado que se instala todos los viernes en el parque, al frente del edificio.

Para los que no tienen tiempo existe Temerco, un servicio de personal shopper personalizado que lleva el mercado hasta la cocina y a la hora requerida, y Rappi, la aplicación que en menos de una hora, lleva no solo el mercado sino cualquier producto.

Finalmente están los proveedores orgánicos de fruver como Jero El Granjero, Noi orgánicos, Green Market y Patay orgánico, entre otros. Son emprendimientos sostenibles que apoyan al agricultor y enaltecen el producto local. Casi todos funcionan de la misma manera: ofrecen un listado de productos en cosecha, el cliente escoge la cantidad y el domingo llegan a la casa desde las huertas cercanas a la Sabana de Bogotá.

No se alarmen, no rechacen los tomates y las cebollas por ser de un tamaño “inferior” o por ser disparejos. Su naturalidad radica en su imperfección.

De guajillos y molcajetes

Hoy inauguramos nuestra sección Shots. Su propósito es rendir un homenaje a  fotógrafos gastronómicos y exponer su trabajo. ¿Y qué mejor manera de inaugurarla compartiendo nuestra imagen favorita? 

La bautizamos: De guajillos y molcajetes, una trilogía de chiles guajillo (son los mismos chiles mirasol pero secos) que descansan plácidamente sobre un molcajete de piedra volcánica. Fue tomada en el restaurante Agave Azul de Bogotá, para una reseña que hicimos con el fotógrafo Mario Inti www.mariointi.com . Este shot salió publicado en la revista Elgourmet.com, edición 37, en junio de 2009.

Los invito a seguir a Mario y su increíble trabajo. ¡Fue un honor trabajar con él tanto años en Colombia! Síganlo en Instagram y en Twitter como @mariointi.

Tampoco pueden dejar de visitar Agave Azul en la Carrera 3A No. 26 B-52. Barrio La Macarena. Hagan su reserva en los teléfonos: 560 2702 ó 315 277 0329. Nos atrevemos a decir que es el mejor restaurante de comida regional mexicana en Bogotá.

Disfruten de la foto y cuéntenos qué es lo que les gustó más.  A nosotros, el delicado manejo de la luz, los brillos y las texturas. ¡Gracias Mario por ese Shot!

Mario Inti Garcia
Mario Inti Garcia

De guajillos y molcajetes

Hoy inauguramos nuestra sección Shots. Su propósito es rendir un homenaje a  fotógrafos gastronómicos y exponer su trabajo. ¿Y qué mejor manera de inaugurarla compartiendo nuestra imagen favorita? 

La bautizamos: De guajillos y molcajetes, una trilogía de chiles guajillo (son los mismos chiles mirasol pero secos) que descansan plácidamente sobre un molcajete de piedra volcánica. Fue tomada en el restaurante Agave Azul de Bogotá, para una reseña que hicimos con el fotógrafo Mario Inti www.mariointi.com . Este shot salió publicado en la revista Elgourmet.com, edición 37, en junio de 2009.

Los invito a seguir a Mario y su increíble trabajo. ¡Fue un honor trabajar con él tanto años en Colombia! Síganlo en Instagram y en Twitter como @mariointi.

Tampoco pueden dejar de visitar Agave Azul en la Carrera 3A No. 26 B-52. Barrio La Macarena. Hagan su reserva en los teléfonos: 560 2702 ó 315 277 0329. Nos atrevemos a decir que es el mejor restaurante de comida regional mexicana en Bogotá.

Disfruten de la foto y cuéntenos qué es lo que les gustó más.  A nosotros, el delicado manejo de la luz, los brillos y las texturas. ¡Gracias Mario por ese Shot!

 

La dieta del balance

Publicada en El Espectador el 24 de enero de 2016 Para ver el enlace hagan clic aquí

Por @Lápizysartén

Comienza enero y con él, dietas para deshacerse de los “kilos de más”. Google se satura de búsquedas sobre la dieta de la manzana verde, de la piña, de la avena y de los batidos y tés detox; de la “Military Diet” de tres días y de la “Scardale” en donde se consume toda la zanahoria y apio que se desee. #Dieta es tendencia en redes sociales, confundiendo aún más a la sociedad.

Alguna vez, un gastroenterólogo de la Universidad de Tokio me diseñó un plan alimenticio poco equilibrado. Eliminar de la noche a la mañana frutas amarillas, chocolates, dulces y lácteos; tomar té verde sencha –diurético, quemador de grasa y estimulante del metabolismo—todo el día, y diluir fibra natural a base de pitahaya, té verde, linaza y germen de trigo. En cuatro meses me bajé cinco kilos y no era feliz.

Los efectos secundarios de la palabra “eliminar” son devastadores, porque privarnos de cualquier alimento o bebida nos resta felicidad. Recordemos que comer, además de nutrir, es placer y disfrute. Negarnos así sea un bocado, nos lleva al extremismo, y por experiencia, hemos visto que los extremos, y el exceso, llevan al fracaso. El éxito está en el balance, incluso, a la hora de bajar de peso.

Un ejemplo es el vegetarianismo semanal, una tendencia mundial en donde se evitan las carnes de lunes a viernes y los fines de semana se disfruta de hamburguesas y costillas . Otra muestra es disfrutar de una pequeña pastilla de cacao al 70% al día, no irnos al extremo y comernos toda la barra. Si nos hace feliz un helado (no el pote entero) o las papas a la francesa (no agrandadas) ¡comámoslos una vez a la semana! El cuerpo lo pide porque lo necesita, y si se lo damos, nos lo agradecerá.

Si piensan que van a ser felices adelgazándose con dietas extremistas, tarde o temprano se darán cuenta de que el secreto de una figura saludable y esbelta está en ser conscientes de que el equilibrio debe estar presente a la hora de comer y de pensar. El cuerpo lo agradecerá.